# métodos | Incendio de silencios
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En la búsqueda de un artefacto que acerque la escucha a cierta insonoridad, he buscado -muy escultoricamente- un objeto que por lo menos permita imaginar la ausencia sonora desde la contradicción.
Las imágenes de los antiguos dispositivos de localización acústica dejan entrever cierta potencia extraña: la poética de la prótesis. Más allá de su fin y su grado de precisión, estas estructuras se deslizan ahora sobre la belleza de lo inútil en el contexto contemporáneo.
"El silencio es solamente el abandono de la intención de oir" dijo Cage, y los artefactos que construyo buscan hacer evidente y pública esa intención. Una serie de conos y membranas (fabricados originalmente para producir sonido en un parlante) son montados laberínticamente para disuadir la energía sonora, esto se hace en abierta oposición al ventajosos bloqueo: mis conos no silencia tanto como unos tapaoídos, sin embargo, su presencia genera algunas preguntas.
Cage diría después algo más: "La experiencia sonora que prefiero por sobre las demás es la experiencia del silencio. Y el silencio hoy por hoy en casi todo el mundo es el tráfico". Ese background urbano latente que condiciona la cotidianidad de nuestra escucha podría trasladarse a ambientes más íntimos... escucho ahora el agudísimo sonido del disco duro de mi computador. Quiero construir otra metáfora sonora y la inserto en un cilindro: de un lado el oído, del otro un ventilador que apunta su aire hacia afuera. El oído escucha el zumbido del motor, el aire golpea las ondas sonoras exteriores y hace difícil su entrada. Un artefacto para decidir consciente mente escuchar un buzzzzz.
Otra inútil carrera imaginada hacia la detonación de silencios públicos localizados.
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© Andrés Martínez Ruiz